Petición permanente por el Sínodo Amazónico al inicio de cada día:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”.
Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día -Fragmento- (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):
“Un sábado iba Jesús paseando por entre unos sembrados. Sus discípulos se pusieron a arrancar espigas y a comérselas desgranándolas entre las manos. Algunos fariseos dijeron: ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido? Jesús les contestó: ¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, comió de ellos, algo que no estaba permitido hacer a nadie, sino solamente a los sacerdotes. Y dio también a quienes lo acompañaban. Y Jesús añadió: ¡El Hijo del hombre es Señor del sábado!” Lucas 6, 1-5
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico:
En este Sínodo Amazónico de lo que se trata, y a lo que nos sentimos invitados, es de identicar lo propio de Dios en este camino progresivo de revelación puesto en clave de delidad al Espíritu, y que sea, por tanto, también un enriquecimiento para el permanente avance de la disciplina doctrinal que debe ser como el sábado para el hombre, y no viceversa. Hemos de caminar sin temor a lo nuevo, en respeto de nuestras fuentes y de nuestras raíces, para que crezca con más fuerza la presencia de Dios en el mundo, en sus pueblos y en la Amazonía, y se fortalezca la misión de la Iglesia por el Reino de Cristo en este territorio. Hay una profunda novedad de Dios en la belleza de estas culturas y de este espacio de vida, que sería un tremendo acto de omisión el no reconocerlo, buscarlo y abrazarlo aquí en medio de esta gran diversidad con su propio rostro.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo AMAZÓNICO.
Cita para meditación de cierre:
EVANGELII GAUDIUM No. 179
No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará […] Con la medida con que midáis, se os medirá» (Lc 6,36-38). Lo que expresan estos textos es la absoluta prioridad de la «salida de sí hacia el hermano» como uno de los dos mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual en respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios.
Día doce de navegación hacia el Sínodo Amazónico
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