Petición permanente por el Sínodo Amazónico al inicio de cada día:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”. Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día -Fragmento- (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):
“Yo, el prisionero por amor al Señor, les exhorto a que lleven una vida en consonancia con el llamamiento que han recibido. Sean humildes, amables, comprensivos. Sopórtense unos a otros con amor. No ahorren esfuerzos para consolidar, con ataduras de paz, la unidad, que es fruto del Espíritu. Uno solo es el cuerpo y uno solo el Espíritu, como una es la esperanza a la que han sido llamados. Solo hay un Señor, solo una fe, solo un bautismo. Solo un Dios, que es Padre de todos, que todo lo domina, por medio de todos actúa y en todos vive. Cada uno de nosotros ha recibido la gracia según la medida del don de Cristo. Él es quien a unos ha hecho apóstoles; a otros, profetas; a otros, anunciadores del mensaje evangélico; a otros, encargados de dirigir y enseñar a los fieles. Capacita así a los creyentes para que desempeñen su ministerio y construyan el cuerpo de Cristo hasta que todos alcancemos la unidad propia de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” Efesios 4, 1-7. 11-13
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico:
No creo que haya una lectura más pertinente para ilustrar este proceso sinodal Amazónico que esta. Lo primero es una invitación de San Pablo al amor, uno que asume las consecuencias de actuar conforme al mandato de construir el Reino; en su caso está preso por ello. ¿Cuántos hermanas y hermanos defensores de la vida, de sus territorios, de la Amazonía han tenido que afrontar las consecuencias de este amor siendo perseguidos, criminalizados, presos y asesinados El precio de guardar el mandato por defender la vida y a los más vulnerables-vulnerados es alto? Pero, luego se nos invita a tejer, a crear comunidad, a cuidarnos unos a otros.
Esto es lo que el Sínodo debe ser, un espacio de escucha genuina para lograr la unidad. La unidad de la Iglesia por la vida en la Amazonía será un gesto de proporciones planetarias que permitirá a otras y otros a sumarse, a alzar la voz para pedir justicia. También será un signo para otras regiones del mundo con biomas y pueblos amenazados que esperan en el Sínodo, sin perder su foco, pero que tendrá implicaciones universales. Y por último, luego del llamado a ser un solo cuerpo y un solo espíritu en el Padre (que también es Madre) Dios, se nos invita a reconocer la diversidad de ministerios. Qué urgente es en la Amazonía asumir la tarea de una Iglesia profundamente ministerial y que en el Bautismo valore y promueva lo que ya es un hecho: el papel de mujeres y hombres desde su identidad laica al servicio de la Iglesia, y el de religiosas y religiosos, que son esenciales para el futuro de la Amazonía. En complemento del ministerio presbiteral y episcopal, pero no menos que estos, pues todos juntos constituimos y construimos el cuerpo de Cristo.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo AMAZÓNICO.
Cita para meditación de cierre:
La Misa sobre el mundo. Teilhard de Chardin
El Fuego ha descendido en el corazón del Mundo para poseerme y absorberme. Desde luego que no es suficiente que lo contemple y que por una fe cultivada intensifique su lumbre a mí alrededor. Es necesario que después de haber cooperado, con todas mis fuerzas, a la Consagración que le hace irradiar, acepte también la Comunión que le dará, en mi persona, el alimento que vino a buscar. Me prosterno, Dios mío, ante tu Presencia en el Universo inflamado, y, te deseo y te espero bajo los rasgos de todo lo que habré de encontrar, y de todos lo que habrá de suceder, y de todo lo que habré de realizar en este día.
Sábado 21 de septiembre
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