Según dijo, la inculturación del evangelio constituye una “riqueza” en razón de que el mensaje de Cristo es esperanza. “El Evangelio es un mensaje que no anula las identidades indígenas, las identidades amazónicas y de ninguna cultura en el mundo. Más bien, las potencia, las dinamiza y les hace sacar lo más genuino de si mismas”, remarcó.
La interculturación de la “buena noticia que es Cristo” en los pueblos amazónicos se concreta a través del principio de la Encarnación, por el que Dios se hace realidad en la historia humana y en la relación con la Iglesia hay pueblos que “han acogido la fe, la fe en Jesucristo como Buena Noticia. Por lo tanto, la relación de la Iglesia con estas comunidades es un diálogo inculturado”, dice.
Al comentar sobre los aportes de los pueblos indígenas a la cultura occidental, monseñor Martínez reconoce que “los pueblos indígenas son una alternativa para nuestra sociedad occidental” y que ello lo destaca también el papa Francisco desde su encíclica “Laudato Si”, en la que “habla con fuerza y con pasión para pensar y buscar alternativas para este mundo”.
El obispo dominico valoró la característica de los pueblos indígenas de la amazonía que no acostumbran acumular “porque la naturaleza les da lo que necesitan. Lo único que les gusta acumular son relaciones humanas”, por lo que -según aclara- “quien no los entiende, los tilde como ociosos o como conformistas, o como que no les importa nada”, pero que no es así, solo que los indígenas amazónicos cultivan otro tipo de relaciones.
“Un indígena, cuando quiere acumular es para repartir, para compartir con otro, con otros. Y esto, es un mensaje muy fuerte que nuestro mundo no escucha. Nuestro mundo occidental, este mundo globalizado con sus leyes del mercado, donde cada vez hay más excluidos del sistema, donde cada vez las riquezas se concentran en menos manos, mayores riquezas en menos manos. Hay que escuchar a estos pueblos”. Este será uno de los aspectos claves a considerar en el próximo Sínodo para la Amazonía, que se realizará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano, con la presencia de obispos de la región, expertos invitados y del propio Papa Francisco, dice monseñor Martínez.
Agrega que “Cada vez más está demostrado que la felicidad no está en aquellos que más tienen o que más acumulan, sino precisamente en estas sociedades que más disfrutan de la vida”.
El obispo de Puerto Maldonado reconoce que la Iglesia debe entrar en un cambio radical de sus formas de presencia y actuación en la regiónamazónica: “El Papa Francisco, en la “Evangelii Gaudium” ya animaba a toda la iglesia a una conversión estructural, de todas las estructuras, de cada grupo, de nuestra forma de llevar la pastoral, nuestra forma de atender, nuestra forma de vivir la fe. Es necesario una conversión”, insiste.
Al comentar sobre la propuesta que se hace en el «Instrumentum Laboris», para considerar la posibilidad de ordenar como sacerdotes a personas casadas, monseñor Martinez explicó que por la preocupación de atender a las zonas lejanas o aisladas en la Amazonía se “propone o sugiere se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana. Igualmente, plantea que la mujer debería asumir roles más protagónicos en los espacios de toma de decisiones en la iglesia”.
Redacción de SIGNIS ALC, a partir de la entrevista realizada por Mónica Villanueva, expresidenta de APC-SIGNIS Perú y expresidenta de SIGNIS ALC
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