Mons. Pedro Barreto, sobre Querida Amazonía: la Iglesia no quiere imponer una dimensión de fe, sino acompañar
Cuando hablamos de caminar juntos hacemos referencia a la sinodalidad que nos propone el Papa Francisco y esto lo asumimos como un reto para poner en el centro de nuestro servicio pastoral las necesidades, oportunidades y esperanzas de los pueblos originarios de la extensa amazonía.
Hace un mes que tuvimos el gozo de leer la Exhortación Apostólica “Querida Amazonía”, que nos plantea cuatro sueños en lo social, cultural, ecológico y eclesial que tenemos que llevar a la práctica con acciones concretas para continuar siendo una Iglesia que camina, acompaña y participa con la gente, creyente y no creyente.
Sin duda, muchos son los desafíos que se nos plantean para anunciar la vida y denunciar las acciones que la ponen en peligro.
Mons. Pedro Barreto es un conocido defensor de la vida y su servicio lo demuestra, por ello nos plantea tener una mirada más abierta ante el aporte y diversidad cultural de nuestro continente que enriquece a la Iglesia.
Asimismo, en diálogo con SIGNIS ALC, Mons. Pedro Barreto, Cardenal de Perú y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), nos dirige unas palabras, diciendo que somos una red que ayuda al proceso de sensibilización y nos anima a potenciar el cuidado de nuestra “Querida Amazonía”.
¿Cómo asumir el desafío de un diálogo respetuoso entre las culturas?
Hay que reconocer que hay una diversidad de culturas en la humanidad, que tienen mucho que aportar en la búsqueda de la solidaridad y la búsqueda del bien común. En el caso de la amazonía, lo que debe convocarnos es, precisamente, darnos cuenta de que las culturas amazónicas tienen mucho que enseñarnos, no solamente a los que vivimos una cultura occidental, sino, también, a la humanidad entera.
El mismo Papa Francisco, cuando estuvo en Puerto Maldonado el 19 de enero del 2018 en contacto con los pueblos indígenas, de alguna manera expresó con claridad que son ellos, los que a través de los siglos, han ido enriqueciendo la biodiversidad amazónica y han vivido en armonía con la naturaleza. Ellos jamás van a contaminar el agua, la tierra o el aire, porque tienen una especie de simbiosis, una relación armónica con la Madre Tierra.
A partir de la Exhortación Apostólica “Querida Amazonía”, ¿cómo entender ahora la evangelización en las culturas originarias sin caer en el proselitismo y sin pensar que nuestra cultura es superior a las culturas de los pueblos?
La figura de Jesús, que se acerca a la gente pobre y humilde, es una presencia cercana, un corazón abierto, podríamos decir. La Iglesia no quiere imponer una dimensión de fe, sino acompañar, estar cerca. Yo creo que la transformación de la persona parte de la experiencia fundamental del amor, de la amistad y del respeto, y esto es lo que personalmente he percibido en los indígenas amazónicos, quienes se han sentido como en su propia casa en la ciudad de Roma y tratan a Francisco como el Hermano Francisco. El amor transforma, pero ese amor tiene que manifestarse en un servicio. De nada sirve esa cercanía si no es para servir y servir como Jesús.
¿Qué nos diría Mons. Barreto como vicepresidente de REPAM a los comunicadores de Latinoamérica y el Caribe, a la luz de esta Exhortación Apostólica “Querida Amazonía”? ¿Qué tendríamos que aportar en este camino sinodal?
En primer lugar, les agradezco mucho, porque hay redes de comunicación como SIGNIS que definitivamente han aportado significativamente en este proceso de sensibilización, que nos hace tomar conciencia de que estamos en movimiento. Yo animo a que SIGNIS continúe potenciando todo lo que significa ese cuidado a la Querida Amazonía.
