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SIGNIS ALC

17 diciembre 2020

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Oasis, una plataforma de solidaridad encarnada en los cerros nororientales de Bogotá

Oasis, una plataforma de solidaridad encarnada en los cerros nororientales de Bogotá

Bogotá, Colombia.-

 

A 3.100 metros sobre los cerros nororientales de Bogotá se erige Oasis, una plataforma solidaria, que con base en el voluntariado, ha logrado empoderar a más de 1.000 familias vulnerables en proyectos sostenibles enmarcados en educación, vivienda y ecología integral.

 

Gustavo López, su fundador, ha comentado a SIGNIS ALC que para entender la historia de Oasis “debemos remitirnos a Fundacio, una organización católica internacional creada en Francia a la par con el Vaticano II, puesto que con la creación de comunidades de base se constituyeron experiencias más allá de las parroquias y con ello diversas organizaciones donde los fieles laicos han tenido un importante papel”.

 

De allí que Fundacio es una organización asentada a diversas partes del mundo, cuya identidad en sus inicios fue la del anuncio de la buena nueva a los jóvenes, pero con el devenir del tiempo “por decisiones internas y acogiendo a las acciones de sus miembros ha logrado crear proyectos sociales”.

 

Protagonistas de su historia

 

Con este telón de fondo, Gustavo en 2011 crea Oasis en San Isidro, un suburbio a las afueras de Bogotá, en la vía a La Calera, donde unas 18.000 personas habitan en las alturas de la montaña.

 

“El propósito es empoderarlos para dejarles un modelo de desarrollo social, con capacidad de acción para que desde sus propias dinámicas sigan construyendo vida digna”, acota.

 

El principal ingrediente de Oasis es el protagonismo: “Las propias personas formulan sus proyectos” desde “un modelo de gestión social a partir del recurso humano disponible” inclusive “en la actualidad tres jóvenes que nacieron en este barrio son las encargadas de gerenciar los proyectos”.

 

Además  en San Isidro la presencia del Estado es muy débil: “No cuentan con servicios públicos óptimos, no tienen títulos de propiedad, ni permisos de construcción”, por ello “un programa como el nuestro viene a hacer atención a estas deficiencias de la mano con ellos”.

 

La fuerza del voluntariado

 

Otro aspecto clave: el voluntariado. “Contamos con voluntarios internacionales a través de la Delegación Católica para la Cooperación e Intercodia, acogemos principalmente a franceses y  belgas de uno a dos años”, cuenta Gustavo.

 

Aparte tienen una plataforma de apadrinamiento en el extranjero y un equipo de voluntarios locales, integrado por vecinos del propio barrio y por personas de organizaciones aliadas, universidades, empresas privadas y públicas, entre otras.

 

Para ser voluntario “tenemos muchos canales como nuestro correo (oasis@oasisbyfondacio.org) y página web (https://www.oasisbyfondacio.org)” solo se requiere de tiempo y muchas ganas de ayudar.

 

Reinvención en tiempos de Covid-19

 

En tiempos de la pandemia del Covid-19 han tenido que sortear diversos obstáculos: “Lamentablemente la construcción de las casas tuvimos que pararla, pues no se contaba con las permisologías para operar en este contexto”, explica.

 

Recuerda que en tiempos normales construían una casa por mes. En vista de la circunstancias han tenido que apelar a otros mecanismos, para ello “hemos dado materiales a los beneficiarios de años anteriores para aclimatar sus casas con una mezcla de celulosa y un techo de fibra”.

 

“Varias de nuestras casa prefabricadas traen esa falla de origen con ello regulamos la temperatura”, ha indicado.

 

Reciclaje y siembra

 

En cuanto a los proyectos de educación y ecología, la virtualidad ha sido una gran aliada. Las actividades han tenido su apogeo en las huertas urbanas y el reciclaje desde casa.

 

Con el confinamiento “las familias han descubierto las bondades del reciclaje de manera dinámica, por ejemplo, convirtieron el aceite usado de cocina en jabón” y “cosecharon en sus casas los frutos de su propio trabajo y ahora quieren aprender más”.

 

“La gente comprendió que la subsistencia alimentaria en tiempos de pandemia los tocó y pudieron resolver en un grado moderado muchos problemas”, por tanto “se sentían felices de no depender de ayudas del gobierno, sino del valor de su propia siembra”, añadió Gustavo.

 

Redacción: Ángel Alberto Morillo, corresponsal de SIGNIS ALC en Colombia

 

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