La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, CNBB (por su sigla en portugués) expresó su preocupación por la crisis política y social que se vive en el país. “Vivimos una profunda crisis política, económica e institucional que tiene como telón de fondo la ausencia de referenciales éticos y morales, pilares de la vida y organización de toda la sociedad”, expresa en pronunciamiento divulgado este jueves 10 de marzo.
En el comunicado aprobado por el Consejo Permanente, reunido del 8 al 10 de este mes, en la sede de la Conferencia episcopal, en Brasilia, los obispos recuerdan la necesidad de buscar el ejercicio del diálogo y del respeto.
“Instamos a todos los que se preocupan por la paz en sus actividades y en sus pronunciamientos. Cada uno está llamado a buscar soluciones a los problemas que enfrentamos. Estamos llamados a un diálogo para construir un país justo y fraterno”, dice parte del comunicado.
Para los obispos católicos, la “búsqueda de respuestas exige discernimiento, con serenidad y responsabilidad. Es importante reafirmar que cualquier solución que se adapte a la lógica del mercado y los intereses de partido antes que a las necesidades de la gente, especialmente de los más pobres, niega la ética y se desvía del camino de la justicia”.
“La superación de la crisis pasa por el rechazo sistemático de cualquier corrupción, por el incremento del desarrollo sustentable y el diálogo que conduzca a un compromiso entre los responsables de la administración de los poderes del Estado y la sociedad. Es inaceptable alimentar la crisis económica con la actual crisis política. El Congreso Nacional y los partidos políticos tienen el deber ético de promover y fortalecer la gobernabilidad”, dice el comunicado.
En otra parte del pronunciamiento se expresa que las “sospechas de corrupción deben ser rigorosamente investigadas y juzgadas por las autoridades competentes. Esto garantiza la transparencia y retorna el clima de credibilidad nacional”.
Reconocemos la importancia de las investigaciones y sus consecuencias. También las instituciones formadoras de opinión de la sociedad tienen un papel importante en la reanudación del desarrollo, la justicia y la paz social”, agregan los obispos.
Alertan, además que el “momento actual no está para encender los ánimos. La situación requiere que se agote el ejercicio del diálogo. Las manifestaciones son un derecho democrático que debe ser garantizado a todos por el Estado. Deben ser pacíficas, con respeto a las personas y las instituciones. Es fundamental garantizar el estado democrático de derecho”, dice el comunicado.
Finalmente instan a todos “a cuidar la paz en sus actividades y en sus pronunciamientos. Cada uno está llamado a buscar soluciones a los problemas que enfrentamos. Estamos llamados a un diálogo para construir un país justo y fraterno” expresan los obispos católicos.
Redacción: SIGNIS ALC, con información de la CNBB
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