Durante el encuentro se propusieron diversas iniciativas para fortalecer los procesos de defensa y recuperación de los territorios y las aguas.
“Aguante la vida… Es nuestra elección” fue el lema del Encuentro de comunidades y organizaciones en conflicto socioambiental que se llevó a cabo en Santiago de Chile el 3 y 4 de diciembre último. La jornada que reunió a representantes de más de 25 pueblos y comunidades devastados por proyectos mineros, energéticos, forestales, agroalimentarios y de infraestructura, de Arica a Chiloé, ratificó el compromiso de mantener la unidad de las comunidades para hacer frente a cualquier amenaza extractiva.
En este encuentro se intercambiaron experiencias y saberes de las comunidades y pueblos, en la perspectiva de fortalecer sus articulaciones y acordar estrategias que permitan cuidar el tejido social frente al brutal intervencionismo de transnacionales y gobiernos. Así también se cuestionó los procesos electorales previstos para el 2017, a los que consideran “desgastados e ilegítimos”.
La metodología del encuentro se centró en ofrecer una contextualización de la conflictividad socioambiental actual del país, el reconocimiento y valoración de los diversos actores que convergen en estos espacios, con los roles que juega cada uno, y con esto a la vista poder entre todas y todos dibujar el escenario de este año próximo.
El encuentro, organizado por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA, reflexionó en torno a las múltiples medidas que va tomando el extractivismo para invisibilizar la crisis ambiental que ha generado.
Así también se analizaron temas como la denominada “minería virtuosa”, “valor compartido” o la misma ley de glaciares, cuya vigencia ha merecido observaciones de la misma Corte Suprema, que reconoció que era un retroceso en materia de protección.
Los participantes debatieron sobre las políticas implementadas para profundizar el extractivismo desoyendo a los territorios. Del mismo modo se cuestionaron las pretendidas soluciones para la crisis ambiental, como las termoeléctricas a gas, los embalses y las desaladoras, que según alertaron constituyen falsas soluciones hídricas y energéticas que niegan el desafío urgente de que Chile deje de ser una bodega de materias primas, para que con creatividad, autodeterminación, libertad y trabajo, podamos hacer de nuestros territorios lo que deseamos y no lo que nos quieren imponer.
Durante el encuentro se propusieron diversas iniciativas para fortalecer los procesos de defensa y recuperación de los territorios y las aguas, desde un compromiso común de potenciar el trabajo con arraigo territorial, que requiere de una cada vez más profunda articulación entre diversas formas de organizarse y que ponga especial énfasis en el componente local de los conflictos.
Así también se definieron propuestas de acciones concretas tales como el establecimiento de campañas articuladas de comunicación en torno a las memorias del agua, el pintado de murales territoriales y acciones específicas en la defensa de los glaciares. Las que emergieron como acuerdos luego del intercambio de saberes y herramientas (estrategias de comunicación y medios comunitarios, Mecanismos nacionales e internacionales para protección de Derechos Humanos, (in)justicia hídrica, redes sociales y el arte como herramienta) y de entender que la comunidad está amenazada por nuevas estrategias de intervención empresarial y estatal, por lo que debemos reconectar con la vida para que podamos seguir defendiéndola con el agua como eje central de nuestras acciones.
Fuente: Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA/ Mapuexpress
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