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SIGNIS ALC

31 diciembre 2021

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Reflexionando sobre Democracia, Derechos Humanos y Bienestar desde Paulo Freire

Reflexionando sobre Democracia, Derechos Humanos y Bienestar desde Paulo Freire

Nelson Villarreal Durán*

 

A 100 años del nacimiento de Paulo Freire su pensamiento y acción trascienden a lo educativo y su pedagogía se sitúa como criterio político y filosófico desde el que se pueden abordar tanto la economía, como la cultura, la teología, la política o la compresión de los derechos humanos[1].

 

Partiré como hilo inductor de lectura del conocido texto de “Pedagogía de la esperanza” en la conversación con estudiantes campesinos. Paulo Freire plantea desde su método, con reminiscencias socráticas, una perspectiva que desencadena la toma de conciencia. Así dice:

 

“Le paga poco a los peones, pero es padrino de sus hijos” …

 

– Paulo Freire: Muy bien, yo sé, ustedes no saben. Pero ¿por qué yo sé y ustedes no saben?

 

– Campesino: Usted sabe porque es doctor. Nosotros no.

 

– Exacto. Yo soy doctor. Ustedes no. Pero ¿Por qué yo soy doctor y ustedes no?

 

– Porque usted fue a la escuela, ha leído, estudiado y nosotros no.

 

– ¿Y por qué fui a la escuela?

 

– Porque su padre pudo mandarlo a la escuela y el nuestro no.

 

– ¿Y por qué los padres de ustedes no pudieron mandarlos a la escuela?

 

– Porque eran campesinos como nosotros.

 

– ¿Y qué es ser campesinos?

 

– Es no tener educación ni propiedades, trabajar de sol a sol sin tener derechos ni esperanza de un día mejor.

 

– ¿Y por qué al campesino le falta todo eso?

 

– Porque así lo quiere Dios.

 

– ¿Y quién es Dios?

 

– Dios es el padre de todos nosotros.

 

– ¿Y quién es padre aquí en esta reunión?

 

Casi todos levantando la mano, dijeron que lo eran. Mirando a todo el grupo en silencio, me fijé – dice Freire– en uno de ellos y le pregunté.

 

– ¿Cuántos hijos tienes?

 

– Tres.

 

– ¿Serías capaz de sacrificar a dos de ellos, sometiéndolos a sufrimientos, para que el tercero estudiara y se diera buena vida en Recife? ¿Serías capaz de amar así?

 

– ¡No!

 

– Y si tú, hombre de carne y hueso, no eres capaz de cometer tamaña injusticia, ¿Cómo es posible entender que la haga Dios? ¿Será de veras Dios quien hace esas cosas?

(silencio)

 

– No, no es Dios quien hace todo eso. ¡Es el patrón!”

 

De esta actitud y acción dialógica podemos no solo deducir la pedagogía de la pregunta y una toma de conciencia de la situación de opresión, sino las características de cómo abordar la afirmación de la dignidad humana, las formas de la política liberadora, como los mecanismos de la economía y asimismo los sentidos del bienestar[2] .

 

El devenir de la realidad latinoamericana[3] ha mostrado que es mucho más complejo que se den cambios que permitan sociedades más humanizadas, liberadas, equitativas y críticas. El dilema entre exposiciones sociales contra las desigualdades y el orden injusto reclama de una amplia participación crítica con visión freireana. A la vez que también el desde dónde social, epistemológico y cultural llevan a poner en transformación la realidad. Transformación que no es solo un problema de recursos, instituciones y derechos sino de enfoque y formas de accionar para situarse como sujeto crítico del proceso de humanización donde parece clave el desarrollo de las capacidades (Amartya Sen[4] ) para el ejercicio de la libertad de las personas y colectivos, también como sociedades y pueblos.

 

En tal sentido cómo trastocar las injusticias constantes, que se visibilizan aún más con la pandemia[5] , requiere de impactar en las formas de hacer política y generar una economía inclusiva y no excluyente y desigual. Para ello la educación liberadora debe ser supuesto de la democracia y la afirmación de los derechos humanos en un sistema que permita y garantice el bienestar a todas las personas y colectivos para desarrollarse en equidad, igualdad y libertad. Esta pedagogía de la que nos habla el autor es una praxis social que al dignificar, posibilita formas de democracia cultural, educativa y política, que posibilita formas de democracia.

 

En tal sentido, el pensamiento de Paulo Freire pone bajo sospecha las formas restrictivas, elitistas y vaciadas de las democracias en que los habitantes y ciudadana/os no son los sujetos activos de los procesos de emancipación sino los relatos y los intereses de quienes mantienen formas de control, dominación y acumulación desigual.

 

El dilema de las democracias actuales, al decir de Hannah Arendt[6] , es que son posibles en tanto posean capacidad de reflexividad para lograr la deliberación, por lo que los mecanismos de representación y participación pierden sustancia si no logran desencadenar deliberación reflexiva.

 

La cultura unidimensional que se ha instalado desde los medios masivos de comunicación, como la instantaneidad y parcialidad en la que devienen las redes, amplificadas por algoritmos con características contrarias a la toma de conciencia crítica, conllevan el deterioro de la condición democrática.

 

La Democracia en su interdependencia con los Derechos Humanos y el Bienestar requiere abordar el sentido de las jerarquías e interdependencias de la convivencia moderna en sociedades duales y en conflictos.[7] Asimismo hoy, implica abordar y comprender las resistencias a la emergencia de una nueva realidad, que dinamizan la reacción, la xenofobia, el racismo, la exclusión y las desigualdades. Por otra parte, existe un dilema de la gestión del poder subjetivo y material a través de la Democracia y su integralidad o su restricción o parcialidad. Las manifestaciones que se dan en sociedades diversas muestran la necesidad de encontrar nuevas mediaciones institucionales y de liderazgos para canalizar las demandas a distintos niveles.

 

Si miramos en perspectiva, estamos ante un cambio de civilización que sitúa como uno de los desafíos el manejo de la incertidumbre en los sistemas de convivencia política, social y económica que se ven trastocados por las nuevas tecnologías, la globalización, el cambio en las subjetividades y la emergencia de la diversidad. En tal sentido, la perspectiva pedagógica, epistemológica y política de Freire se transforma en paradigma para reflexionar y actuar el momento histórico.

 

Si entendemos a las Democracias[8] como formas del sistema político, social y económico apoyadas en repúblicas igualitarias, es necesario trastocar los pactos excluyentes y elitistas en que se han constituido muchas repúblicas latinoamericanas. Ello, desde el parámetro de los Derechos Humanos[9] como de la dignidad integral de las personas en sociedad y hábitat, para un Desarrollo como Bienestar Integral que no depende solo del crecimiento y la distribución.

 

Si la acción política, para Paulo Freire, es autoliberarse con los otros y las otras, la reflexión y acción concientizadora es junto a los oprimidos en sus distintas dimensiones, como acción cultural para la libertad, trastocando la visión de los opresores en la que se refuerzan los vínculos de dependencia y sumisión en las relaciones de poder. Es generar y ser parte de una experiencia de autoemancipación a través de una política crítico-dialógica. Es construir nuevos procesos de diálogo críticamente con la gente en sus mundos de vida.

 

Implicará escuchar y comprender activamente la palabra de lo distinto, sus significados y singularidades, sentidos y acentos socio-ideológicos-culturales en la interacción y alteridad que abre a lo distinto y no a la repetición de lo mismo.

 

En América Latina, pero también en Europa, EEUU y todo el mundo, hay que salirse de la expectativa del líder social, político o religioso para lograr cambios. Visión de liderazgos que genera dependencia y verticalidad en las organizaciones sociales, políticas y religiosas, quitando capacidad de agencia a las personas y colectivos para lograr ser sujetos de transformación. Es poner bajo sospecha la manipulación que se hace hasta con las mejores intenciones y se amplifica en los medios y las redes, impidiendo el diálogo, la reflexión y la acción que problematiza la realidad a ser transformada.

 

Debemos salirnos de lo políticamente correcto si queremos que sean una realidad y por ello planteo la siguiente pregunta: ¿Por qué importa educar y accionar políticamente en clave de Derechos Humanos, desde una perspectiva freireana, en un momento donde se los nombra retóricamente y se los violenta de muchas formas en el mundo y la región?

 

Los derechos humanos son una conquista temporal y un foco móvil que reclama verlos no como generaciones de conquistas sino dimensiones que se reclaman tensión.

 

Son un desafío ético-político humanista que da sustento al sentido republicano y democrático de sociedades que pretenden constituirse en promotoras de la justicia, la paz, la libertad y la convivencia en la diversidad, que es la sociedad humana en el ambiente.

 

Decía el jesuita Perico Pérez Aguirre: “Sucede que fuimos y muchos somos todavía “analfabetos” en derechos humanos. Estamos mal educados para los derechos humanos. Superar esta incultura supone partir de lo más inmediato, de lo más íntimo, de lo más cotidiano y doméstico, para luego remontarnos a lo más amplio, complejo y estructural…”[10]

 

Los logros en reconocimiento y garantías son una conquista de las sociedades y los Estados de Derecho que a través de la Democracia integral logran dar sustentabilidad al respeto y efectividad de los Derechos Humanos que se pueden ver trastocados, desconocidos o pisoteados cuando se pierde la perspectiva de su acrecentamiento y constante perfeccionamiento que ata el valor de los mismos a las utopías de sociedades mejores.

 

El conflicto y las contradicciones no le son ajenos. El por qué, el para qué y el cómo de los Derechos Humanos son una construcción constante que hoy adquieren un dilema en cómo se articulan las viejas y nuevas agendas de la igualdad estructural (socio-económico-políticas) con la equidad transversal (género, etnia, diversidad, ambiente, territorio) en la renovación, ampliación o cuestionamiento a la democracia como sistema político.

 

Si apelamos al pensamiento y práctica de Freire, estas y otras preguntas deberían estructurar las políticas públicas y la educación centrada en la condición de la dignidad humana respecto a la democracia, el desarrollo, la cultura, la educación y el involucramiento ciudadano y de los organismos del Estado centrados en los procesos sociales y no en las burocracias o los mercados.

 

La pregunta sobre la importancia de los derechos humanos tiene que empezar por la interpelación de la ausencia de dignidad y reconocimiento de los otros. Se parte desde lo que niega al ser humano, el no persona, desde las vulnerabilidades y la interseccionalidad en las que se pueden hacer visibles un encubrimiento que tiende siempre a un imaginario y práctica encubridora. El primer paso para la conquista de los DDHH es el reconocimiento de los invisibles, sean estos los pueblos dominados, las mujeres, los niños y niñas, los afrodescendientes y los indígenas, las personas en marginalidad y pobreza, en discapacidad y situación territorial no visibilizada. Sólo puede ser una cuestión universal concreta y no abstracta si me importa y me preocupa el otro y la relación que implica reivindicar los derechos para todos.  La libertad y la igualdad comienzan por la alteridad (reconocimiento y respeto del otro en su diferencia como un valor que posibilita y no limita) para que pueda ser fraternidad humana. Base de lo que es el principio de la ética humanista, democrática y republicana. Son una construcción de subjetividades dialógicas.

 

Los derechos humanos deben partir de la interpelación que suponen los vulnerables, los excluidos, los diversos. Pensar los derechos humanos desde los incluidos culturales, económicos y sociales en lo local, nacional o internacional impide comprender y ser parte del conflicto que implica conquistar derechos humanos desde los excluidos para no solo reproducir a los integrados y satisfechos como nos muestra Freire.

 

¿Educar en o para los Derechos Humanos[11] desde la práctica de una educación liberadora? nos plantea énfasis pedagógicos que no son menores al lado de la incorporación sistémica de la cosmovisión cultural en Derechos Humanos que aparecen como el relato integrador del cambio cultural que dan sentido a las políticas públicas, no solo de un gobierno sino del Estado, la participación social e identidad diversa de la que somos parte abierta en la región y al mundo.

 

Volviendo al texto con el que comencé esta reflexión, el diálogo entre Freire y el campesino es el hilo inductor desde el cual comprender la práctica política que construya democracia y genere bienestar para todas las personas y colectivos que son parte de una comunidad, una región, un continente y la Aldea Global.

 

[1] Villarreal, N. (2020) Derechos Humanos y Democracias Desafiadas. Su interdependencia con el Bienestar en América Latina. Revista Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UdelaR, Uruguay

[2] Max-Neef, M. (1986) La Economía Descalza. Nordan, Montevideo, Uruguay.

[3] Villarreal, N. (2016) Utopía de Thomás Moro y éticas subyacentes en algunas cosmovisiones del “desarrollo” en el giro progresista de América Latina en el siglo XXI en “Libro colectivo sobre los 500 años de Utopía de Tomás Moro” en Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. Bogotá.

[4] Sen, A. (1992) Nuevo examen de la desigualdad. Alianza Economía. Madrid, España.

[5] Task Force COVID-19 Latinoamérica – Instituto de Desarrollo Humano IDHAL PUCP

[6] Arendt, H. (2008): La promesa de la política. Paidós. Barcelona. pág. 155

[7] “Derechos Humanos y Democracias Desafiadas. Su interdependencia con el Bienestar en América Latina” Revista Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UdelaR, noviembre 2020

[8] Ver: SDH/Presidencia (2019) Semana de la Democracia 2018. Diversidad de Voces en la relación Democracia y Derechos Humanos www.derechoshumanos.gub.uy

[9] Ver: SDH/Presidencia (2019) Derechos Humanos se construyen con Democracia y desarrollo www.derechoshumanos.gub.uy

[10]  “Si digo educar para los Derechos Humanos” https://www.corteidh.or.cr/tablas/r24458.pdf

[11] DEHUIDELA.pdf (corteidh.or.cr)

 

* Filósofo y cientista político. Docente universitario. Coordinador Regional Task Force Latinoamericana Covid-19. Ex Secretario de Derechos Humanos Uruguay.

 

Artículo publicado en la revista digital Punto de Encuentro, de SIGNIS ALC, diciembro de 2021. Disponible aquí.

 

La ilustración que acompaña este artículo es de autoría de Nando Motta, publicada en el sitio brasil247.com/

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