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“Discípulos misioneros y custodios de la casa común”

SIGNIS ALC

12 agosto 2018

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Resistencia a la megaminería, compromiso de varias organizaciones eclesiales

Resistencia a la megaminería, compromiso de varias organizaciones eclesiales

Brasilia, Brasil.- El viernes 10 de agosto concluyó, en Brasilia, Brasil, el segundo Encuentro de Comunidades Afectadas por la Minería en América Latina, que reunió a  35 agentes de pastoral, desde el martes 7 de agosto, con el objetivo de articular esfuerzos, a nivel continental, en defensa de las poblaciones y los territorios afectados por la industria minera.  A la luz de la carta pastoral del CELAM, “Discípulos misioneros y custodios de la casa común”, los representantes de varias organizaciones eclesiales de los nueve países amazónicos, entre laicos, sacerdotes, misioneros, religiosas y habitantes de comunidades afectadas, reflexionaron sobre propuestas para enfrentar el modelo extractivista, que “no es el futuro para el planeta”.

 

En diálogo con la publicación digital Vida Nueva, el padre Dário Bossi, misionero comboniano de origen italiano, uno de los coordinadores de la red de Iglesia y Minería, destacó la riqueza de este segundo encuentro, en consideración a que “las personas que vinieron tienen una gran experiencia en las luchas y resistencias, en la búsqueda de alternativas a la megaminería que destruye la vida de pueblos enteros y de territorios”.

 

Campaña de desinversión

“Salimos de acá con el reto de divulgar con mucha fuerza la carta pastoral del CELAM, también con el compromiso de una campaña de desinversión para ayudar a las personas a comprender que el modelo extractivo no es el futuro para el planeta, que no es posible ni ético invertir el dinero de las iglesias y de congregaciones religiosas en este campo”, aseveró.

 

“La lucha sigue”, comentó el misionero, al tiempo que señaló que “los grupos regresan a sus territorios con mucho trabajo, pero también con mucha esperanza renovada en este encuentro”.

 

Otro de los momentos clave de este segundo encuentro fue la visita in situ a comunidades afectadas por la actividad minera, la de Santa Rita, en Paracatu (estado de Minas Gerais), a unas tres horas de Brasilia.

 

“Aquella comunidad parece un desierto”

La religiosa juanista María Victoria Acevedo, secretaria adjunta del Departamento de Justicia y Solidaridad (DEJUSOL) del CELAM, compartió su testimonio con Vida Nueva, enfatizando que la actividad minera en esta comunidad, afecta a sus habitantes y su territorio por la gran cantidad de arsénico contaminante, “el cual es volátil y va dañando todo lo que se encuentra a su alrededor, incluyendo la vida de los pobladores más cercanos, deteriorando el agua y toda la vegetación del entorno, aquella comunidad parece un desierto”.

 

“Hoy, una vez más, siento cómo el Señor va tocando mi corazón frente al dolor de tantas personas víctimas de la minería metálica que lo único que hace es dejar desolación y miseria por donde pasa, destruye procesos de comunidades, las divide para poder llevar a cabo su acometida”, comentó la secretaria adjunta del DEJUSOL-CELAM.

 

La religiosa juanista reafirma la afirmación del papa Francisco en Laudato Si’, al recordar que “no hay dos crisis separadas: una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental. El verdadero planteó ecológico se convierte siempre en un planteo social que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente para escuchar tanto el clamor de la Tierra como el de los pobres”, concluye.

 

Fuente: Vida Nueva digital

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