Desde SIGNIS ALC elevamos nuestras oraciones a nuestro Dios de la vida y de la comunicación para que conceda a sus familiares la fortaleza y el consuelo para aceptar su ausencia terrenal.
El comunicador belga Robert Molhant, quien fue secretario general de la Organización Católica Internacional del Cine (OCIC) y luego de SIGNIS, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, ha sido llamado a la Casa del Padre y con su partida deja un irreparable vacío en la familia familia de la comunicación católica. Molhant se ha caracterizado por ser un comunicador íntegro, humano y comprometido en la práctica y promoción de una comunicación humana, fraterna y solidaria, que durante más de 25 años ha apoyado la presencia de la Iglesia Católica en la corriente principal de la cultura contemporánea.
Nacido en 1940, Robert Molhant fue presidente del Consejo de la Juventud Católica de la Bélgica franco hablante, posteriormente Secretario General de la Federación Mundial de la Juventud Católica (FMJC) y presidente franco hablante de la Comisión Justicia y Paz de Bélgica, antes de convertirse en Secretario General de OCIC (la Organización Católica Internacional del Cine y del Audiovisual), cargo que ocupó desde 1979 hasta 2001. Organizó la fusión de OCIC y Unda (la Asociación Católica Internacional de Radio y Televisión) para formar SIGNIS, de la que fue también Secretario General desde 2001 hasta 2005.
Durante esos veintisiete años, Robert Molhant conoció a muchos guionistas y otros profesionales del cine, la radio y la televisión. Trabajó para que estos medios reconocieran a OCIC y luego a SIGNIS como organizaciones profesionales, que contribuyen al desarrollo de medios de calidad en el mundo entero, en el empeño de dar “voz a los sin voz y rostro a los sin rostro”. Ha apoyado así la presencia de la Iglesia Católica en la corriente principal de la cultura contemporánea durante más de 25 años.
Desde SIGNIS ALC elevamos nuestras oraciones a nuestro Dios de la vida y de la comunicación para que conceda a sus familiares la fortaleza y el consuelo para aceptar su ausencia terrenal. Descansa en la paz de nuestro Creador, querido amigo, y desde la morada eterna acompáñanos en el camino para construir una comunicación constructora de paz para una vida plena y solidaria.