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Incomunicados

SIGNIS ALC

10 mayo 2012

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Silencio y palabra camino de evangelización

El silencio es parte integrante de la comunicación.

“Bien ha hecho el papa en acentuar la importancia del silencio en todo tipo de comunicación, en remarcar que el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido“, acentúa *José Mª Rojo, sacerdote diocesano y comunicador, a los pocos días de celebrarse la 46 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, este 20 de mayo.

 

Aquí el artículo: Acabábamos de ver la película argentina “Las Acacias” -galardonada precisamente por nuestra APC acá en Lima- como parte de nuestro retiro de Cine y Espiritualidad. Todos relajados, satisfechos, bien despiertos y animados y viene el comentario de *Michel Bohler: Pareciera que el director hubiera hecho la película a posta para aburrirnos: casi una hora en la cabina de un camión, tres personas -dos adultos hablando con monosílabos y una bebé que aún no habla- y resulta que ni nos hemos aburrido ni se nos ha hecho larga, surtió el efecto contrario... ¿Qué había pasado? No solo las palabras comunican: también ¡y de qué manera! los gestos, las miradas, los movimientos del cuerpo… Todos lo habíamos experimentado. Por eso ahora, al leer el mensaje del papa para la 46 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales no pude menos que recordar el rostro de aquella niña y todas las cosas que nos dijo a todos al ir desarmando poco a poco al “duro, seco y tosco” camionero.

 

Sí, pareciera que el papa hubiera estado también con nosotros en el cine cuando afirma que en el silencio se acogen los momentos más auténticos de la comunicación entre los que se aman: la gestualidad, la expresión del rostro, el cuerpo como signos que manifiestan la persona. En el silencio hablan la alegría las preocupaciones, el sufrimiento, que precisamente en él encuentran una forma de expresión particularmente intensa.

 

Y si empiezo por el silencio es porque es lo que más nos cuesta aceptar, a pesar de tantas experiencias como tenemos en la vida:

  • Muchos hemos vivido en el campo y sabemos la profundidad de reflexión de los campesinos que han pasado largas horas en contacto con la naturaleza, observando todo, aguzando el oído, diferenciando colores, sonidos, tonalidades…
  • Como comunicadores frecuentemente nos hemos rebelado contra pedantes entrevistadores que no dejan hablar al entrevistado y solo se escuchan a sí mismos.
  • Cuántas veces hemos querido levantarnos a media homilía porque el sacerdote habla y habla y habla y no comunica nada.
  • La doble imagen más frecuente hoy en el transporte es: o con los parlantes bien colocados y abstraídos de lo que pasa alrededor de uno/a o con las manos alocadas sobre el celular una y otra vez porque la mayoría no aguanta el silencio…

 

Y ello a pesar de que sabemos muy bien que Dios nos dio dos oídos para escuchar mucho y una sola boca para hablar poco…

 

Bien ha hecho el papa en acentuar la importancia del silencio en todo tipo de comunicación, en remarcar que el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido.

 

Y, junto al silencio, la palabra; precisa y oportuna, eso sí. Tenemos ese gran don, esa maravillosa cualidad que no podemos malgastar. Puede que sea suficiente decir que la comida estuvo buena pero si merece el calificativo de sabrosa o deliciosa, entendemos otra cosa… Por eso en quechua para decir “Santo, santo, santo…” eligieron la palabra “sumaq”, que no solo es bueno sino rico y hasta sabroso… porque la Palabra de Dios no se “sabe” sino que se “saborea”; a Dios no solo se le conoce con la inteligencia sino con el corazón y, como dice el biblista Carlos Mesters, con los pies, es decir, caminando tras de él, siguiéndole.

 

Pero bien sabemos que en comunicación no podemos hablar sólo de palabra; sería muy frío: de nuevo con el papa, es necesario crear un ambiente propicio, casi una especie de ‘ecosistem’ que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos”. Un bello ejemplo de ello lo tenemos en la película La Misión: el aprovechamiento al máximo de todos los elementos de la vida cotidiana de la comunidad, sazonado con la música, producía el clima más adecuado para la comunicación del mensaje de salvación y liberación de los guaraníes, para que la palabra (y la Palabra) cobraran densidad. Por el contrario, el “adoctrinamiento” machacón que frecuentemente ha caracterizado las prédicas y las catequesis ha producido el efecto contrario.

 

Nunca como ahora hemos sido bombardeados con mensajes e informaciones; nunca como ahora vivimos -con frecuencia- más incomunicados. Necesitamos subir cada vez un poco más los parlantes para gritar más y escuchar menos. Puede que tenga razón mi técnica en audifonía: los defectos que antes aparecían en los oídos a los 65 años ya están apareciendo a los 50. Si seguimos bajando… Claro que, a veces es preferible no oír para no tener que escuchar la cantidad de estupideces que nos ofrecen los medios, entre otras…

 

*José María Rojo, es Director de Comunicaciones de la Diócesis de Lurín, asesor e integrante de la Asociación Peruana de comunicadores Mons. Luciano Metzinger -APC

*Michel Bohler, animador de la Red de Cine y Espiritualidad de OCLACC

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