Por Osnilda Lima *.- Hace un tiempo la Iglesia que está en la Pan-Amazonia esperaba el anuncio del papa Francisco convocando al Sínodo Pan-Amazónico. Y el último día 15 de octubre, el comunicado: “Atendiendo el deseo de algunas Conferencias Episcopales de América Latina, así como escuchando la voz de muchos pastores y fieles de varias partes del mundo, decidí convocar una Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para la región Pan-Amazónica. El Sínodo será en Roma, en octubre de 2019.
El objetivo principal de esta convocatoria es identificar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y sin perspectivas de un futuro sereno, también por causa de la crisis de la selva amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro Planeta.
Que los nuevos santos intercedan por este acontecimiento eclesial para que, en respeto de la belleza de la creación, todos los pueblos de la tierra alaben a Dios, Señor del universo, y por Él iluminados, recorren caminos de justicia y de paz”, dijo el papa Francisco .
El cardenal Claudio Hummes, Presidente de la Comisión Episcopal para la Amazonia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) y de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), afirma que la llamada al Sínodo es motivo de mucha alegría. “Estaba esperando esa convocatoria. De hecho, esperábamos que el Papa quisiera oír a las Iglesias de la Pan-Amazonia, y la mejor forma es por un Sínodo. Ahora estamos ante el desafío de prepararlo”, cuenta.
Monseñor Cláudio recuerda que a inicios de 2018 deberán llegar los cuestionarios para la preparación del Sínodo. “Y el papa quiere la participación de todos y nos pide propuestas valientes. “Está ahí un momento importante que todos podremos participar”, asegura el cardenal. “El Sínodo para la Pan-Amazonia no será sólo un evento en octubre de 2019 que se realizará en Roma. “Habrá toda una programación en la que el pueblo, los obispos serán oídos”, recuerda don Erwin Krautler, presidente de Repam-Brasil. Mons. Erwin resalta que las laicas y laicos deben ser oídos, ellos tienen derecho a manifestarse acerca de la Amazonia.
“El papa habló de tres objetivos para este Sínodo: El primero, nuevos caminos para la evangelización, y si no oímos a las laicas y laicos, en qué va a quedarse? Las laicas y laicos tienen un trabajo intenso en la Iglesia, no podemos imaginar a la Iglesia sin el compromiso que ellos asumen. Otro es el enfoque específico de los pueblos indígenas, ahí estamos muy al principio, tenemos que avanzar y mucho. ¿Qué tipo de evangelización queremos? ¿Cómo incluir a los pueblos indígenas? No podemos llegar de arriba abajo. Los pueblos indígenas son protagonistas de su propia historia. Y por fin la Amazonia como un todo, su valor, su vocación, su misión de reglamentar el clima planetario”, señala el obispo.
La convocatoria para el Sínodo Pan-Amazónico lanza nuevamente una mirada – que ya viene insistiendo el papa Francisco desde la Carta Encíclica Laudato SÌ – sobre la realidad de este suelo tan importante para el mundo, la Pan-Amazonia. Son tantos pueblos, tantas, riquezas, pero violados, explotados y degradados. “Como nunca en la historia, el destino común nos obliga a buscar un nuevo inicio […]. Que el nuestro sea un tiempo que recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida, por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad, por la gozosa celebración de la vida “, Carta de la Tierra, en La Haya, junio de 2000.
Pensar en un Sínodo para la Pan-Amazônia es pensar en los pueblos y naciones que viven en los nueve países que tienen en su territorio el bioma Amazônico, del cual Brasil tiene el 67%, Perú: 13%, Bolivia: 11%, Colombia: 6%, Ecuador: 2%, Venezuela: 1%. Surinam, Guyana y Guyana Francesa suman 0,15% de este bioma.
Pensar en un Sínodo Pan-Amazónico es mirar hacia América del Sur donde habitan 2.779.478 indígenas pertenecientes a 390 pueblos originarios y cerca de 137 personas “aisladas” (no contactados). Son personas que hablan 240 lenguas diferentes, pertenecientes a 49 ramas lingüísticas, las más relevantes desde el punto de vista histórico y cultural. Sin embargo, hay que recordar las comunidades ribereñas, los territorios Remanentes de Comunidades Quilombolas, en fin, los pueblos del bosque, las comunidades tradicionales. Recordar también las poblaciones urbanas, pues aproximadamente el 79% vive en centros urbanos en la Amazonia brasileña.
El Sínodo tendrá presente la evangelización en la Pan-Amazonia y es preciso más que nunca pensar la evangelización a partir de la cultura de esos pueblos que tienen un modo de relacionarse con lo Sagrado, tiene su espiritualidad, que viven una fe, se relacionan con el “Dios Omnipotente, presente en todo el universo y en la más pequeñita de las criaturas, y que envuelve con ternura todo lo que existe”, papa Francisco Laudato Sì, Nº 246. Estos pueblos viven una espiritualidad y una cultura ecológica, viven una alianza entre humano y ambiente. Es necesario hablar de interculturalidad.
* Asesora de Comunicación REPAM